sábado, 2 de febrero de 2013

FIESTA DE LA PURIFICACIÓN DE MARÍA

Hoy, 2 de febrero, la iglesia celebra la Fiesta de la Purificación de María, también llamada de la Candelaria o de la Presentación de Jesús en el Templo.
 
Los orígenes de esta fiesta los encontramos en la tradición judía, por la que de acuerdo a la ley mosaica, una madre que había dado a luz a un hijo varón era considerada impura por siete días; además debía permanecer treinta y tres días "en purificación de su sangre"; pero si daba a luz a una niña, se duplicaba el tiempo que excluía a la madre del santuario. Al cumplirse el tiempo de su purificación (cuarenta u ochenta días) la madre debía traer al Templo un cordero para el holocausto y un pichón de paloma o una tórtola por el pecado; si no era capaz de ofrecer un cordero, podía presentar dos tórtolas o dos pichones; el sacerdote oraba por ella y entonces quedaba limpia. (Levítico 12,2-8).
Cuarenta días después del nacimiento de Cristo María cumplió con este precepto de la Ley; Ella redimió a su primogénito en el Templo (Números 18,15), y fue purificada por la oración del Bendito Simeón, en la presencia de Ana la profetisa (Lucas 2,22 ss.). Sin duda, la primitiva Iglesia de Jerusalén celebraba este acontecimiento, la primera presentación solemne de Cristo en la casa de Dios.
 
También nuestra Hermandad rememora esta Fiesta. Es por ello que el Niño de la Santísima Virgen luce desde el pasado 13 de Enero, festividad del Bautismo de Nuestro Señor, y hasta hoy, el tradicional traje de cristianar, siguiendo una antigua costumbre tan común en nuestra tierra.

 
 
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A Ti celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día,
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión, 
no me dejes, Madre mía.
 
 
 

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