jueves, 10 de febrero de 2011

Historia: Siglo XVIII


A pesar de la crisis económica, política y social en la que Cartaya se encuentra sumida en la entrada del s.XVIII, el auge devocional a la Santísima virgen se prolonga hasta el primer cuarto del siglo. Ejemplo de ello es el mantenimiento de las Capellanías fundadas en el siglo anterior y las visitas canónicas, en las que se indica que la ermita estaba cuidada y con ornamentos, así como que la Virgen tenía una gran devoción en la Villa. Por entonces, la ermita seguía a cargo del administrador de las ermitas y era cuidada por un ermitaño con licencia del Provisor del Arzobispado.

A partir del segundo cuarto del siglo Cartaya conoce una etapa de recuperación económica y social. Se produce entonces el progreso del espíritu ilustrado del siglo XVIII, y su encubramiento de la Razón como idea rectora de la actividad humana va actuando frente a las tradiciones religiosas heredadas. Con todo ello, el auge de la devocion experimentado en el siglo anterior, entra en un periodo de decadencia, de la que se recuperara totalmente a finales de siglo.

Desde los primero años de la centuria, se tienen datos de que se celebraba en el santuario una especie de Feria, como lo atestiguas las rentas que el Duque de Béjar percibia por <<la alcavala de la feria de Consolación, exttramuros de dha. villa >>. Se trataba de un acontecimiento festivo-comercial, que pervivió hasta las cercanías de 1787. Se celebraba el día 15 de agosto, y es posible que existiese una relación entre este festejo y la capellanía fundada en el siglo anterior. Mantendría por entonces la Virgen una dualidad de fiestas: los festejos de agosto y la procesión de septiembre.

Según se va acercando el final del siglo, la devoción vuelve a impulsarse, siendo estos aos finiseculares significativos en cuanto a una importante renovación del culto y de la propia imagen.

El licenciado don Juan de Ballinas recoge en su memoria familiar un dato importante dentro de la historia local, que no es otro que la renovación de la imagen de la Santísima Virgen. La imagen vino a sustituir a la anterior, reproducida en el grabado de 1632, y de impornta renacentista, pues posiblemente se encontraba e mal estado y por otro lado no respondía a los gustos estéticos de la época. La nueva imagen fue realizada en Sevilla, y podría adjudicarse a la mano de escultor academiscista Blas Molner. Esta imagen de la Virgen, sería ya el centro de las oraciones de los cartayeros hasta su pérdida en 1936.

Otro hecho importante, que pone de manifiesto la devoción que la imagen despertaba, es la redacción en el último cuarto de siglo por el Venerable Padre Juan Gabriel de Contreras de la <<Novena a María Santísima de Consolación cuya milagrosa imagen se venera en su ermita situada en el campo de la villa de Cartaya>>.

Termina el siglo con un nuevo impulso de la devoción, que irá creciendo hasta alcanzar de nuevo un punto álgido a mediados de la centuria siguiente con la figura de D. Celestino maestre y la devoción popular de los cartayeros.

Fuente: La Ermita de Consolación de Cartaya. Asociación Cultural Carteia. 1997