jueves, 5 de febrero de 2009

Cuadro de la Stma. Virgen. S.XIX


Este interesante represantación de la Virgen forma, junto con los dos grabados ya mencionados, las únicas referencias gráficas conocidas sobre la imagen en el s. XIX. Se sitúa actualmente en la Sacristía de la Parroquia de San Pedro, sobre la puerta que comunica dicha estancia con el templo. Desconocemos cual sería su lugar de origen, si fue realizada para la iglesia o para un particular, aunque nos inclinamos por esta última opción, y que posiblemente fuese a parar a la Parroquia posteriormente.

Esta pintura, de caracter popular, representa a la Virgen sobre fondo oscuro, enmarcado por un arco de medio punto sobre pilastras, y sobre una peana de líneas rectas. Muy posiblemte, por similitudes con fotografías conservadas, represente la peana que la Virge tenía en el camarín, y que era situada también sobre las andas procesionales durante la centuria decimonónica.

Podemos situar la ejecución de esta pintura en los años posteriores a 185o, en que se realizó nuevo paso, la peana anteriormenete mencionada y un sillón, y aparece la Virgen aparentemente sin revestir, costumbre que se hizo común desde mediados de esta centuria. Los colores en los que se muestran representados los ropajes, blanco para la túnica y azule-celeste para el manto, con las veltas de color rosa, nos hacen pensar en que muy posiblemente dichos colores fueran los originales con los que fue concebida la imagen, a diferencia de nuestra actual titular que se muestra con manto de color verde. Toma fuerza esta hipótesis por la coincidencia también de estos colores en las fotografías coloreadas de la Virgen de las décadas de los 20 y 30 del s.XX. El Niño también se representa sin traje sobre su ropa tallada,mostrándose ésta de color marrón. La talla actual del Niño si está estofada en este tono. Éste aparece según su concepción original, es decir, bendiciendo a la griega y son el Mundo sobre su mano izquierda, posición que sería cambiada despues al situar el mundo sobre la mano derecha.

Como notas curiosas, merecen ser destacados algunos aspectos sobre el ornato de la imagen. Cubre la cabeza de la Virgen una toca o mantilla de encaje blanco, y posiblente por aquellas fechas la imagen todavía no luciera una peluca de pelo natural superpuesta a su cabellera tallada, costumbre de la que se tiene cosntancia tanto en la imagen de la Virgen como en la del Niño a partir de la década del los 5o del s.XIX. Igualmente merece ser destacado el detalle de que lleva la Virgen al filo de los puños de la túnica unos puños postizos de encaje, costumbre común en las imágenes de talla completa en aquellas fechas. Respecto a las preseas de ambas imágenes, el Niño aparentemente lleva sobre su cabeza un resplandor de plata, recogido en los documentos de la época como una "media luna de plata", y que sería sustituida por unas potencias de plata en 1845. La Virgen porta sobre sus sienes una interesante corona dorada,con pedrería de color rojo y verde en el aro del canasto. De perfiles típicamente diecichesco, responde al estilo cultivado a finales del siglo XVIII y del que ponemos como ejemplo las coronas de las Vígenes gaditanas del Carmen o los Dolores de la V.O.T Servita. Existe también una fotografía de la antigua imagen de la Virgen del Rosario en su capilla de la Parroquia con una corona de similares características. El cetro parece responder a las mismas características que la corona, y se aleja de las líneas del estrenado en 1846 en plata a juego con la corona, y del que el actual es fiel réplica.

Finalmente, hacer referencia al sillón sobre el que aparece sentada la Virgen. Por su morfología parece ser el mismo que aparece en las fotografías de los años 20 y 30 del s.XIX, pero con la salvedad de estar terminado en madera oscura con los perfiles dorados, a diferencia de dichas fotografías en que aparecen pintadas de blanco aquellas zonas que en el cuadro aparecen de color oscuro, supuestamente madera. Pero ese cambio se debiera posiblemente a una modificación por cambios en los gustos de la época. Posiblemente sea este el sillón que fue realizado en 1850 por José Antonio Moreno en Zalamea la Real.

Es esta una muestra del lugar principal que ocupaba la Virgen en aquellas fechas dentro del panorama devocional de la Villa, impulsada por D. Celestino Maestre y por el sentimiento popular hacia la Santísima Virgen como protectora de la Villa.


Alineación a la izquierda

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