martes, 16 de octubre de 2012

APERTURA DEL AÑO DE LA FE

 
El pasado 11 de octubre se cumplieron cincuenta años de la inauguración del Concilio Vaticano II y veinte de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica por parte del papa beato Juan Pablo II. Con esta doble conmemoración en mente, el Papa Benedicto XVI ha querido convocar un "Año de la Fe" desde ese día hasta el 24 de noviembre de 2013, solemnidad de Cristo Rey y último día del año litúrgico. Se trata de "una buena ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe", como lo fue, también, el Año que proclamara en 1967 el papa Pablo VI. La promulgación de este "Año de la Fe" es, pues, una llamada del Santo Padre a todos los cristianos a profundizar y afianzarse en la fe y a "hacer resplandecer la Palabra de verdad que el Señor Jesús nos dejó".
 
 
Al inicio de la carta "Porta Fidei" en forma de Motu Proprio, el Papa afirma que "la puerta de la fe, que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros" y precisando que "se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida".

Benedicto XVI invita a los feligreses a "descubrir de nuevo el gusto de alimentarnos con la Palabra de Dios, transmitida fielmente por la Iglesia, y el Pan de la Vida, ofrecido como sustento a todos los que son sus discípulos".
 
El Santo Padre señala que el inicio del «Año de la Fe», el 11 de octubre del 2012, no solo conmemorará los 50 años de la apertura del Concilio Vaticano II sino también el 20 aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. Por ello, se señala, estos documentos serán el faro del nuevo esfuerzo misionero, que incluirá, en ese mismo mes de octubre del 2012, el Sínodo sobre la Nueva Evangelización a celebrarse en Roma.

Compromiso con la nueva evangelización


      El Papa señala que "hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe. El compromiso misionero de los creyentes saca fuerza y vigor del descubrimiento cotidiano de su amor, que nunca puede faltar".

      "La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo. Nos hace fecundos, porque ensancha el corazón en la esperanza y permite dar un testimonio fecundo: en efecto, abre el corazón y la mente de los que escuchan para acoger la invitación del Señor a aceptar su Palabra para ser sus discípulos".

Confesar la fe

      En su carta, el Papa subraya su esperanza de que este Año "suscite en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza. Será también una ocasión propicia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía, que es ‘la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y también la fuente de donde mana toda su fuerza’".

El acto y los contenidos de la fe

      "En este sentido, quisiera esbozar un camino que sea útil para comprender de manera más profunda no sólo los contenidos de la fe sino, juntamente también con eso, el acto con el que decidimos de entregarnos totalmente y con plena libertad a Dios. En efecto, existe una unidad profunda entre el acto con el que se cree y los contenidos a los que prestamos nuestro asentimiento".

La fe no es un hecho privado

      Benedicto XVI recuerda asimismo que "el cristiano no puede pensar nunca que creer es un hecho privado. La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con él. Y este «estar con él» nos lleva a comprender las razones por las que se cree".

      "La fe, precisamente porque es un acto de la libertad, exige también la responsabilidad social de lo que se cree. La Iglesia en el día de Pentecostés muestra con toda evidencia esta dimensión pública del creer y del anunciar a todos sin temor la propia fe. Es el don del Espíritu Santo el que capacita para la misión y fortalece nuestro testimonio, haciéndolo franco y valeroso".
 
 
Para consultar la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Porta Fidei del Sumo Pontífice Benedicto XVI con la que se convoca el Año de la Fe, acceder al siguente enlace:
 
 
 

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