N.H.D. JUAN BAYO RODRÍGUEZ
Por nuestra hermana Cristina Rodríguez
Domínguez.
Boletín CONSOLACIÓN. Nº 3 , agosto-septiembre de
2013
A sus 78 años de edad, Juan Bayo Rodríguez, cartayero
y antiguo Hermano Mayor de Consolación, nos recibe en su preciosa casa de la
calle Convento, mostrándonos que con la fe en la Virgen todo se puede.
¿De
dónde vienen sus raíces consolacionistas?
Pues
mira, yo nací en la calle Santa María y viví allí hasta que me compré esta
casa. La gente de la calle Santa María con Consolación tenía mucha devoción y
mi madre siempre avisándome unos días antes “Juan, que pasado mañana es el día
de Consolación”y así siempre.
Algo
que recuerde de su infancia cuando iba de procesión.
Es
que la Virgen tiene algo especial. Por aquel entonces las calles se adornaban
en las puertas de las casas, que se ponían unas colchas con unas cañas. Siempre
se ponían esas cosas cuando iba para arriba que era el día de la Virgen, porque
cuando bajaba era el último domingo de agosto que era en lo que cayera.
¿Cuándo
fue Hermano Mayor?¿Cuántos años estuvo?
A
partir de 1978-1979 y estuve casi 30 años. No había quien quisiera ser Hermano
Mayor.
¿Quién
fue el Hermano Mayor anterior?
Manuel
Rivera Romero, el padre de María Antonia.
¿Qué
aportación tuvo la Hermandad para la Parroquia?
Lo
que se hacía era una ayuda puesto que la Virgen tenía su casa, no necesitaba
nada más que los días que estaba en la novena. Pero un día vino el cura Don
Lorenzo y me dijo que tenía que comprar
la puerta que da a trascampanas. Recuerdo que le pregunté “¿Don Lorenzo está
bien con 40.000 pesetas?” y se quedó asustado (risas) y me contestó “ahora
mismo la encargo”(más risas).
¿Qué
se hizo durante su mandato?
Se
hizo el paso, que costó 145.000 pesetas. Teníamos que salir a la calle a pedir
y nos daban una “pesetita”, el que más nos daba era un “durito”, lo que
buenamente podían. Menos la tía de María Antonia que dio 500 pesetas.
Precisamente el padre de María Antonia y yo fuimos a pedir a casa de la
hermana. Había que reunir mucho dinero pero siempre decía y sigo diciendo “la
Virgen proveerá”.
Ser
Hermano Mayor tiene muchas responsabilidades pero pienso que el trabajo duro
tiene sus recompensas, ¿cuál fue su motivación para tal cargo?
Pues
que nosotros nos íbamos turnando, lo que pasa es que cuando llegó a mí, luego
no había quien quisiera ser. De Pepe Benítez pasó a Manuel Rivera y luego a mí
Pasaron
los meses y cuando llegamos a la zona de Villa Julia, paramos y pusimos a la Virgen
en unas andas. Subimos ese poquito de cuesta y vimos allí a todas las mujeres,
“Aquí la tenéis” dije en alto y vinieron todas “flechás”. Fue un momento muy
emotivo.
Consolación
mueve el corazón de Cartaya, ¿qué siente al ver a nuestro pueblo tan emocionado
cuando pasea por sus calles?
No
sé, es que con Consolación se agolpa la gente. Me acuerdo que veníamos en una
procesión saliendo de la Iglesia con el obispo Don Rafael González Moralejo y
me dice “Juan esto es lo más parecido que he visto yo a una procesión” (risas)
porque la gente se agolpaba, no iba en fila, no nos dejaban ni andar.
La
Junta de Gobierno actual hace poco tiempo que ha comenzado a dar sus primeros
pasos, ¿cómo la ve?
Muy
bien, los veo muy entregados y además que la Virgen siempre busca lo que le
conviene (sonríe).
¿Qué
consejos les daría para el futuro?
Consejo,
que siga la Virgen como hasta ahora. Por la Virgen todo lo que se haga no está
demás nunca.
La
juventud cada vez se implica más con Consolación, dígame algo que la aliente a
seguir por ese camino.
La
juventud en este camino… Pero mira, han salido unos grupos jóvenes que se ve
que tienen ganas aunque la mayoría de la juventud no quiere nada con santos, se
puede ver en la Iglesia todos los días
Una
última frase.
Siempre
hay quien quiere a la Virgen y quien esté al lado de la Ella, siempre.
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