viernes, 13 de marzo de 2009

Historia: Siglo XVII



La ermita entra en el siglo XVII convertida en enfermería para los enfermos de peste, forma en laque aparece citada en el acta capitular de 1 de julio de 1602. En otra acta de 8 de Septiembre del mismo año se recoge como la peste había terminado y los enfermos que había en la ermita todos curados, por lo que se tenía que hacer saber de esto en los demás pueblos de la comarca.

Por aquellas fechas, y parece que desde su fundación, la ermita era administrada por un mayordomo que se ocupaba también de otras ermitas, nombrado directamente por el Prior de ermitas del arzobispado de Sevilla. El sustento económico de la ermita radicaba en ganado y tierras de su propiedad, limosnas ,entre ellas las de sepultura, y ofrendas.

A principios de este siglo la imagen contaba con un acentuado fervor popular, como se percibe de la mayor percepción de limosnas y que se celebrara en el santuario una feria, de carácter probablemente comarcal. Estos fueron los inicios de una época de auge de la devoción, fruto del cual se produjeron obras en la ermita en 1663.

Pero el dato por el cual se afirma con rotundidad este auge devocional es la fundación en 1667 de un patronato para hacer una fiesta con procesión, sermón y misa cantada, en el día del Nombre de María, por parte de Tomás Antonio Jurado. Esta fundación particular daría lugar probablemente a la primera procesión de la Virgen, siendo así mismo la primera salida de la que se tiene constancia documental. Por su situación extramuros de la población, la procesión de la Virgen se circunscribía al ámbito físico de la ermita y su zona aledaña, sin que el cortejo descendiese hasta la villa.

Esta situación de auge devocional se vio reforzada por la fundación de capellanías en la ermita y no la parroquia como era lo más común, las cuales están constatadas desde 1670. A partir de 1685 los datos son más precisos, y hay conocimiento de la fundación ese mismo año de una capellanía por Don Diego Guerrero que instituye una misa cantada el día de la Virgen de Agosto con vísperas el día antes, así como otra en 1699 de Gonzalo Martín Romero, entre otras.

Confirma este auge de la devoción la organización de una procesión de rogativa en 1675 en la que el Cristo de la Sangre se dirige hacia la ermita, donde se integraría la Virgen a la procesión para bajar ambos a la Parroquia, únicos casos en los que se conoce que bajara la Virgen a la Villa en dicha centuria. Esta inclusión de la Virgen en la rogativa confirma su carácter de devoción protectora en enfermedades y calamidades públicas, debiendo entenderse como una prueba de la fuerte devoción popular que iba alcanzando.


Fuente: La Ermita de Consolación de Cartaya. Asociación Cultural Carteia. 1997

martes, 10 de marzo de 2009

Historia: Siglos XV-XVI



La fundación de la actual Villa de Cartaya remonta sus orígenes al siglo XV. No hay constancia documental alguna de la devoción a la Santísima Virgen por aquellas fechas, ocupando el contexto devocional de la Cartaya de la época otras advocaciones como San Pedro, el titular de la Parroquia, San Sebastián, cuya ermita existía ya en 1509, la Virgen de las Reliquias y San Marcos.

Entre las devociones del s. XVI ya aparece la Santísima Virgen de Consolación, aunque la oscuridad documental de estos momentos hace imposible precisar la fecha exacta en la cual nació la devoción a la Santísima Virgen de Consolación en Cartaya.

El dato principal en que se asientan los orígenes de la devoción en la centuria decimoquinta la encontramos en documentos de 1603 que hablan de la ermita, en los cuales se constata la existencia de la devoción, el edificio y las rentas desde años antes. La ermita se ubicó en un altozano en el extrarradio del actual casco urbano, por aquella época bastante alejada de la población.

La fundación de la ermita ha sido tradicionalmente atribuida a un indiano Cartayero que envió el dinero suficiente para su construcción, y esta fundación particular es recogida también por Pascual Madoz. Aunque esta hipótesis no está confirmada por datos concretos, adquiere bastante credibilidad dada la alta cantidad de Cartayeros que emigraron a América alcanzando fortuna alguno de ellos. De lo que no tenemos constancia es de si este indiano habría instaurado la devoción o potenciado un culto de existencia anterior. Lo que si es cierto es que a lo largo del s. XVI afectaron varias epidemias y hambrunas, situaciones habituales en la recurrencia a devociones protectoras, por lo que muy posiblemente es este contexto se diera el nacimiento y expansión de la devoción a la Virgen de Consolación. Esta concepción de devoción protectora, remediadora de aflicciones y dispensadora de gracias y consuelo, estaría a partir de entonces unida a la de la Santísima Virgen. La relación de la Santísima Virgen con las enfermedades no se limitaba al alivio espiritual, ya que en determinadas ocasiones la ermita fue convertida en enfermería, en casos de epidemias.


Fuente: La Ermita de Consolación de Cartaya. Asociación Cultural Carteia. 1997