martes, 24 de febrero de 2009

Retablos cerámicos (IV): Villa Consolación, "La Ribera"



Este intersante retablo cerámico, está situado en "Villa Consolación", unos de los Chalets de la zona residencial de "la Ribera". Esta vivienda fue realizada en la década de los años 20 del s.XX, época en la que por aquellos terrenos cercanos a la Ribera comenzaron a construirse casas que servían de residencia veraniega a familias generalmente de Sevilla. Ésta precisamente conserva las líneas con las que fue concebida por aquellas fechas aunque fue posteriormente reconstruida respetando sus elementos principales. Desde sus orígenes se denominó Villa Consolación en honor de Nuestra Amantísima Titular, de ahí que sus propietarios colocaran un azulejo con su imagen sobre el arco del porche que le sirve de entrada.



Esta azulejo, de pequeño formato y gran originalidad, representa a la antigua imagen, sirviéndose muy posiblemente como modelo de una fotografía ya comentada, que también sirvió como modelo para la medalla de la Asociación y Corte de Honor. Se desconoce el autor y la fábrica que lo realizó, aunque se estima que fuese realizado en Sevilla entre finales de los años 20 y mediados de los 30 del s. XX.

viernes, 20 de febrero de 2009

La ermita: Bienes muebles y ornato.

El Púlpito. por su estilo y labor, parece datar de las mismas fechas que el edificio. Lleva un tornavoz de madera, de fecha muy posterior, octogonal,que consta de una moldura con pinjantes y ocho tornapuntas de madera tallada que se unen en la parte superior para sostener una cruz que sirve de remate al conjunto.



Confesionario. Fue realizadon 1950 por D. Francisco González y patrocinado por Dña. María Teresa Vides.



Crucificicado anónimo del siglo XVIII donado por Dña. Pilar Zarandieta. Situado en la hornacina que preside la nave del evangelio.






Crucificado sobre fondo oscuro de principios del s. XVII, situado en la pared dercha de la capilla mayor.



Cuadro represenando a San Jerónimo. s. XVIII. Pared de la nave del evangelio



Cuadro representado los desposorios místicos de Santa Catalina, bastante repintado en su parte inferior. s. XVIII. Pared izquierda de la capilla mayor.



Cuadro de la Virgen del Carmen. S. XIX. Pared de la nave del evangelio.



Cuadro de Jesús preso, realizado a medidos del S.XIX por el presbítero Cartayero Sr. Corpas.



Estandarte con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús realizado en las primeras décadas del s.XX, donado recientemente a la Hermandad por la Familia Escassi - García-Escámez . Pared de la nave de la epístola.



Vidriera emplomada de la ventana del presbiterio, con el anagrama demaría , hecha por la Unión de Mestros vidireros de Irún a principios del s. XX.



Cuadro con indulgencias concedidas por el Cardenal Segura. Pilar del coro.



Hornacian situada en la nave de la epístola con una imagen seriada de sta. Lucía. Son más destacables el pequeño retablo muy repintado y dos de las láminas del viacrucis de la ermita, del s XIX.





jueves, 19 de febrero de 2009

Coronas de la Virgen y el Niño. 2007




 
Este juego de coronas para la Virgen y el Niño fueron realizados en 2007 por Orfebrería Juan Fernández de Sevilla. La corona de la Stma. Virgen fue donada por N.H.D. Isidro Márquez en memoria de su esposa fallecida, por lo que en su cruceta contiene las alianzas matrimoniales entrelazadas. Fue fue bendicida junto con la del Niño en la Solemne Función Principal del año 2007.

Ambas piezas, en plata de ley, siguen la línea clásica de las anteriores coronas de la Virgen, así como el formato levemente apaisado. Bebe de modelos dieciochescos, y la rocalla tiene un papel destacado en su ornamentación. Se compone de canasto alto, imperiales, y resplandor de motivos vegetales alternando rayos flamígeros y biselados. La corona del Niño reporoduce en menor formato el canasto de la de la Virgen

Corona. 1940




La corona tradicional de la Santísima Virgen, fue realizada expresamente para nuestra actual titular, tras ser destruida la anterior imagen y con ella la mayor parte de su ajuar.

Esta corona fue realizada en 1940 en joyería Valdés en Sevilla, prestigiosa casa de la que salió entre otras la corona de la Virgen de la Presentación de la Hermandad del Calvario. A diferencia de la anteriormente mencionada, con unas características muy identificativas, la corona de nuestra Amantísima Titular, reproduce con bastante exactitud las líneas de la corona realizada en 1850 y que fue destruida en la Guerra Civil. De inspiración neoclásica y con reminiscencias barrocas, se caracteriza por su formato levemente apaisado, su canasto bajo, altos imperiales, y resplandor de motivos vegetales y rayos biselados, rematando el conjunto la cruz sobre el orbe.

Fue donada por la que por aquel entonces era camarera de la Virgen, Dña. María Teresa Vides y su esposo D. Joaquín Moreno, como aparece grabado en la cruceta de la corona.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Antiguos altares de novena (III)


Esta fotografía esta datada entre entre los años 40 y 1958, en que se bendijo el actual altar mayor de la Parroquia. En ella, a difernecia de en las fotografías anteriores, podemos observar a nuestra titular bajo un dosel con el escudo de la parroquia en el el altar montado para la solemne novena. El altar es levemente de menor tamaño, aunque aparece adornado por profusión de jarras con flores de tela, así como candeleros con cera. A ambos lados del altra pueen observarse dos doseles, que servían de ornato en el altar mayor mientras se realizaba el retablo. El frontal y el paño bordado son los mismos que en fotografías anteriores. Como curiosidad destacar la instalación electrica en varios candelabros, así como el manifestado en madera dorada que adquirió por aquellas fechas la parroquia.

Esta instantánea fue elegida como cartel del LXXV aniversario de la refundación de la hermandad al constituirse la Asociación y Corte de honor.

Antiguos altares de novena (II)

Esta segunda fotografía debe ser posterior a 1940, puesto que ya aparece la actual imagen de la Virgen. El altar es en líneas generales el mismo, anterior a la Guerra Civil, aunque con algunas diferencias en su ornato y composición, como por ejemplo el no aparecer ya las lámparas de araña ni la guirnalda de flores. El manifestador parece también distinto.
Posiblemene, por la suntuosidad del altar, estemos ante la primera novena de la Santísima Virgen una vez realizada, es decir , la del año 1940, ya que en las fotografás posteriores no se observa ya el fondo de damasco y galones.

domingo, 15 de febrero de 2009

Antiguos altares de novena (I)


La primera de esta serie de fotografías puede datarse entre los años finales de la década de los años veinte y el año 1935, puesto que preside el altar la antigua imagen titular.

Este se compone de un fondo a media altura de tela adamascada y galones dorados, así como a mayor altura un dosel del mismo tejido, ambos rematados por una gotera de perfiles curvos. Sobre 4 gradas se alza la imagen de la Virgen, a su vez descansado sobre la peana del antiguo paso de 1850. Componen el exorno del altra profusión de candeleros de orfebrería, "palmas", "palmas lunas" y "escalinatas" con ceras de un calibre bastante mas fino que en la actualidad, así como dos juegos de candelabros con guardabrisas. Se adorna con flores de tela, macetas, y una original quirnalda de flores sobre el fondo del dosel. Completan el conjunto un manifestador con la custodia renacentista de la Parroquia y dos imágens de santas de pequeño tamaño que no logramos indentificar. Las distintas gradas son de color claro, no apreciándose si realizadas en madera pintada o forrada de tela. Si puede observarse con claridad el frontal de altar de tela brocada muy similar al antiguo manto de la Virgen así como el paño de tul bordado en hojilla que lo remata. también merecen ser destacadas las distintas lámparas de araña quie aparecen distribuida por el presbiterio, muy habituales en los altares de la época, así como los dos apliques con velas situados sobre el dosel a la altura de la corona de la Virgen.

viernes, 13 de febrero de 2009

El paso de 1926





El paso realizado en 1850 fue sustituido en 1926, probablemente por el deterioro del anterior, acompañado de los cambios de gustos y del auge devocional de aquellos años. Este nuevo paso fue realizado en Sevilla por el tallista D.Francisco Ruiz Rodríguez "Currito el dorador", por un valor de 4.55o ptas. que fueron abonadas por la hermandad mediante las limosnas recaudadas entre los asociados.

El nuevo paso rompía totalmente con las líneas del anterior, y se constituía por aquellas fechas como un paso novedoso en el panorama de la villa, al seguir las líneas tradicionales de los pasos de gloria sevillanos.

En las fotografías que adjuntamos, puede observarse como el paso, de madera dorada, poseía estructura cuadrada con canastilla tallada de perfiles rectos, y una muy desarrollada peana. Ésta constaba de un gran jarrón central y cuatro tornapuntas o "eses" en las esquinas. La canastilla se decoraba con pequeñas cartelas que representaban aparentemente imágenes de la Virgen con distintas advocaciones populares. Completaban el paso cuatro candelabros de tres brazos con guardabrisas, de madera tallada, y seis jarras para flores también de madera dorada.

Del análisis de las fotografías conservardas, podemos observar como ya la Virgen ha dejado de ser vestida, muy posiblemente desde 1934 en que fuera restaurada, por lo que no podemos concretar si durante el intervalo desde 1926 a dicho año la Virgen procesionó en estas nuevas andas sobrevestida. Igualmente en dichas instantáneas porta la Virgen el manto que estrenó el mismo año 1926. A diferencia de en fotografías de la Virgen en el paso anterior, e incluso coetáneas a las mismas pero en las que aparece la Virgen solamente, no aparece el sillón blanco y dorado que se realizó en 1850, sino una jamuga de líneas isabelinas completamente dorado. Igualmente se ha acoplado a los pies de la imagen un cojín de madera tallada. Muy posiblemente tanto el nuevo sillón como el cojín fuesen realizdos en fechas cercanas al estreno del paso,y por el mismo autor. Por ello, podemos varajar la hipótesis de que el antigua lo usara la Virgen a diario, mientras que para la salida procesional usase el nuevo.

Es muy interesante también la forma en que lleva puesto el manto la Santísima Virgen, pues es totalmente diferente a la actual. El manto, de dimensiones bastante mayores que los que hasta el momento había venido usando la imagen, y que eran cruzdos sobre sus piernas, ahora partía en forma de capa desde sus hombros, y la Virgen se sentaba sobre él. La larga cola, en vez de rmetida entre las patas de la jamuga para caer por detrás, ya que posiblemnet esta opción fuese complicada al estra bordado, caía de forma natural sobre el lado derecho de la peana. Por ello, tenía hasta su restauración el manto un orificio a la altura en que la Virgen era sujetada al sillón. Esta forma de portar el manto, realmente más lógica y natural que la actual, fue sustituida con la realización de nuestra actual Amantísima Titular, pues desde entonces, y tras dos años sin portarlo porque no se encontraba forma de colocárselo, se le abrieron dos costuras en la espalda, para ser colocado desde la parte trasera, extendiéndose hasta la canastilla del paso.

jueves, 12 de febrero de 2009

Las andas procesionales del s.XIX






Aunque es 1677 la fecha más antigua de la que hay noticias de la procesión de la Santísima Virgen, no es hasta mediados del s.XIX cuando se recoge porprimera vez noticia alguna sobre las andas en las que la Virgen procesionaba. Las más antiguas documentadas las cita D. Celestino Maestre en un invetario de 1844. Indica que llevaban seis maniguetas, a las que se colocaban sus soportes o muletas al hacer las paradas. Disponían estas andas de un "cajón con fechadura" probablemente para guardar donaciones.

En 1850 D. Celestino, inmerso en una etapa de mejora y renovación del patrimonio de la ermita, de la que era capellán, encarga la realización de unas nuevas andas. Éstas fueron realizadas por el José Cayetano Domínguez y el pintor José Antonio Moreno. Fueron presupuestadas en 2.914 reales, aunque las cuentas de pago definitivas citan 1360 reales por la talla y 2.830 por la pintura. Estas andas llevaban un pequeño palio, pues sabemos que en Agosto de 1859 se trae de Cadiz un hule fino con ramos plateados "para el cielo de las andas doradas". LLevaba también el paso nueve lunas o espejos traidos de Cadiz.

En las fotografías de principios de siglo aparece un paso que es posiblemente el antes mencionado, aún no coincidiendo en la descripción sobre el dorado. No sabemos si con ellos hacía refernacia a lasmolduras doradas,o a que en su origen el paso era dorado completamente. El paso al que hacemos mención estaba formado por una estructura cuadrada cuya canastilla llevaba una franja decorada con cabezas de ángeles en las esquinas y en el centro,y tallas rodeando pequeños espejos en las zonas intermedias. Sobre la canastilla iba una pequeña peana central sin decoración, y sobre ella la peana que tenía normalmente la Virgen en su altar. En las esquinas llevaba cuatro jarrones de madera para flores, y delante de la imagen dos candelabros de metal con guardabrisas figurando ángeles que sostienen los tres brazos. Se observan también en los extremos delanteros lo que podrían ser los basamentos de los varales del palio que llevó en su día,en las instantaneas con una vela introdica en la cabidad. El conjunto iba pintado de color claro, probablemente blanco, con resaltes en oro y decoración de flores pintadas en los jarrones y la peana. Finalmente se componía elexorno de las andas de algunos candeleros más con cera,y flores de tela y talco en las jarras.

En esta paso procesionaría la Virgen, tanto para el tralsado como para la procesión de subida, desde dicho año hasta 1926 en que estrena uno en madera dorada.

La antigua imagen de la Virgen (VIII)



Adjuntamos estas dos últimas fotografías juntas, aún existiendo bastante distancia entre ambas tanto en calidad como en perspectiva, porque son las dos únicas que se conservan de las facciones del rostro de la Virgen desde mayor cercanía.
Mientras en la primera de ellas la Virgen aparece vista levemente desde la izquierda, desde la altura de las riodillas hacia arriba, a excepción de la mano derecha, en la segunda se muestra a la Virgen en un primer plano, de cintura para arriba,y el niño casi completamente. En ambas aparecen la Santísima Virgen con los mismos aditamentos,pero por su mayor calidad, pueden apreciarse con más nitidez en la primera de ellas.
Por la mencionada cercanía, podemos destacar de estas instantáneas, a parte de la extraordinaria belleza de la imagen, a la que hicimos referencia en la anterior entrada, a las joyas que porta la Virgen. Como ya hemos mencionado anteriormente, se trata de un juego de gargantilla y pendientes, que por su estilo y trabajo pueden datarse en el s.XVIII. Ambas piezas están realizadas en oro y varios brillantes, con un exquisito trabajo con motivos minúsculos siguendo un diseño puramente barroco. El colgante central de la gargantilla prende de un collar de pequeñas bolas caladas de oro. Como detalle puede observarse que la Virgen porta en la mano derecha un anillo, suponemos que de las mismas características que los demás aderezos. Como en otras fotografías, el rosario de oro aparece dispuesto de una forma muy personal en la corona,colgando desde la cruz, abriéndose en la rafaga, y reposando la cruz sobre el canasto.
Podemos observar también como la antigua imagen era de tamaño algo menor que la actual, ya que por fortuna estas joyas aún se conservan, y las luce nuestra Amantísima Titular en sus fiestas principales y en su besamano de mayo.

lunes, 9 de febrero de 2009

La antigua imagen de la Virgen (VII)


Mostramos ahora otra fotografía que quizás aparentemente no muestre novedad respecto de las anteriores, pues la Santísima Virgen aparece en desde un encuadre similar a los anteriores, y con los mismos aditamentos que en la mayoría de las fotografías ya expuestas.

Pero aún así, pensamos que en esta fotografía la Virgen no solo puede observarse especialmente bien en lo que a la talla se refiere, debido a la calidad de la fotografía, sino que muestra sobremanera la belleza sin par que poseía la antigua imagen.

Como hemos mencionado, aparece la Virgen en el sillón neoclásico realizado en 1850,con sus preseas de plata, la mantilla de tul bordado aún conservada,las joyas tradicionales, la gran rosa en su mano derecha, y la peluca de tirabuzonesel, así como el Niño sobrevestido con el traje de fina tela blanca y leves bordados. El encuadre, está entre aquellas fotografías en las que se muestra de frente, y ls que aparece vista desde su lado izquierdo. Quizás sea este encuadre el que muestre de forma especial la belleza del rostro de la Virgen.

Ésta fotografía es a nuestro parecer la que puede situarnos en la piel de aquellos Cartayeros que conocieron durante toda su vida a dicha imagen, y de aquellos que tanto lloraron su pérdida. La Santísima Virgen se configuraba por los años 20 y 30 del s.XX como la gran devoción mariana de Cartaya, la imagen que despertaba el fervor mariano de su pueblo cada año,y que escuchaba las súplicas de sus hijos día a día. Era ella la que con el paso de los siglos se había convertido en la Protectora de Cartaya en todas las tribulaciones. Su hermandad se había formalizado como reflejo de la devoción que despertaba, y todo lo que rodeaba a la Imagen, sus cultos y devoción, se encontraba en un periodo de esplendor: nuevo paso, manto, fiestas solemnísima,restauración de la Virgen, donaciones...

Pero las circunstancias políticas de la época nos privaron para siempre de esta magnífica imagen, de belleza arrolladora, y una unción sagrada que la había convertido en la Madre de los Cartayeros. Y así fue,que un 18 de Julio de 1936 pereció pasto de las llamas en lamisma plazoletilla de su ermita. Todavía los mayores recuerdan, con los bellos de punta, como siendo ellos pequeños, escuchaban a sus madres llorar desconsoladas desde las azoteas, al ver que aquellos "pobres hombres" no contentos con haber acabado con todo lo que había en la Parroquia, se dirigían calle Santa María arriba para muy posiblemente hacer desaparecer a la Virgen de sus amores. LLantos desconsolados que se tornaron en gritos de desconsuelo al ver como el humo se veía a lo lejos en la ermita.

Pero ni siquiera esa pérdida tan grande acabó con la llama consolacionista. La Santísima Virgen ,con esa mirada que derramaba Consuelo a raudales, había calado muy hondo ya en los corazones cartayeros desde hacía siglos, y cuando Ella quiso, volvió a resurgir de sus cenizas para desde su ermita seguir consolando a sus hijos de Cartaya. Ella, aquella antigua imagen de la Virgen, fue la semilla del gran rosal de Consuelo que a día de hoy es nuestra actual imagen titular, nuestra Virgen de Consolación, que es faro y guía, honor y gloria, alegría y orgullo de nuestro pueblo de Cartaya.

sábado, 7 de febrero de 2009

La antigua imagen de la Virgen (VI)


Siguiendo con las fotografías conservadas de la antigua imagen titular, exponemos otra en la que la Santísima Virgen vuelve a aparecer frontal y completamente. Podríamos decir que guarda bastantes similitudes con la primera de las publicadas, con las diferencias de aparecer ya la Virgen restaurada, con mantilla o toca, el Niño sobrevestido, y con distintas joyas. Las preseas, son las mismas que en todas las fotografías comentadas.

Concretar la ubicación es algo más dificil, pero podría tratarse de una de las naves laterales o del porche de la ermita, por no aparecer los azuelejos que cubrían los pilares y la capilla mayor, y tampoco la cortina que por aquellas fechas serviría de fondo del camarín. Vuelve a parecer la Santísima Virgen sobre la peana blanca de líneas rectas y perfiles dorados que usaba tanto en el camarín como en las antiguas andas de salida.

Aprovechando la calidad de la instánea, haremos una breve referencia a los atributos de plata que porta la Santísima Virgen. Todas las piezas fueron realizadas en Sevilla en la década central del s.XIX, a instancias del que fuera por aquella fecha capellán de la ermita D. Celestino Maestre. Este presbítero, ligado a la devoción muy intimamente por su familia, se hizo cargo de dicha capellanía tras la muerte de su tío D. Fernando Román en 1844, y ocupó dicho cargo desde ese año hasta 1871 en que falleció . Realizó una labor encomiable, que situó la devoción consolacionista en su momento álgido en dicha centuria. Principalmente centró su ministerio en la expansión y consolidación de la devoción, el cuidado y la restauración de la ermita, la mejora y enriquecimiento tanto del ajuar de la Virgen como de la ermita, y el engrandecimiento de los cultos y procesiones de la Santísima Virgen. En este periodo de mejoras, D. Celestino encargó en Sevilla en 1845 una corona de plata para la Virgen, que fue costeada por D. Antonio Andujar. Esta presea es la que aparece en la fotografía. Como puede observarse presenta los rasgos de su época, lo que podemos definir como un tránisto entre el rococó y el neoclasicismo en sus líneas. El cetro y las potencias del Niño fueron estrenados al año siguiente, siguiendo el estilo de la corona y realizándose igualmente en Sevilla.

jueves, 5 de febrero de 2009

La antigua imagen de la Virgen (V)

En esta otra fotografía, vuelve a aparecer la Virgen sobre el mismo fonde de damasco que en anteriores fotografías, no sabemos si dentro del camarín o fuera, aunque nos inclinamos más por la primera hipótesis. El empuje de la devoción y el auge de la Hermandad por los años 20 y 30 del siglo XX haría que las reproducciones de la Virgen, en postales, cuadros, estampas etc, aumentaran, de ahí que se conozcan tantas fotografías de la imagen exenta.

Muestra esta imagen la curiosidad de estar tomada desde una visión inferior, por lo que nos decantamos por que fuese tomada desde una la capilla mayor, situánodose el autor frente al retablo, delante de la embocadura del camarín. En otra fotografía se aprecia levemente la decoración del camarín, por lo que no sabemos si por la fecha de esta nueva fotografía, algo posterior a la antes mencionada, el camarín se hubiese revestido con una tela adamascada. Posiblemente así fuera, fruto de las reformas y mejoras que se realizaron en la ermita en 1928 a raiz de la creación de la Asociación y Corte de Honor. Refuerza esta hipótesis que el revestimiento del nuevo camarín realizado tras la restauración de la ermita una vez terminada la Guerra Civil fuese una cortina de un tejido similar.

Respecto a la imagen de la Virgen, muestra como en la mayoría de fotografías conservadas de la época la misma mantilla, joyas, y preseas, pues suponemos que se optaría por hacerle a la Virgen las fotgrafías portando sus mejores galas. Vuelve a aparecer en esta instantánea el rosario de oro dispuesto gracilmente en la corona. Un detalle que ciertamente llenaba de originalidad y delicadeza la apariencia de la Virgen, y que sería un acierto que la Hermandad recuperara para determinadas ocasiones.

Finalemente añadimos, como en anteriores entradas, una versión coloreada de la misma instantánea, y que como curiosidad proviene de un cuadro de cabecera. Un cuadro de cabecera ciertamente original, alejado de la instantánea de la Virgen de medio perfil que tan extendida estuvo para dicha utilidad.

Cuadro de la Stma. Virgen. S.XIX


Este interesante represantación de la Virgen forma, junto con los dos grabados ya mencionados, las únicas referencias gráficas conocidas sobre la imagen en el s. XIX. Se sitúa actualmente en la Sacristía de la Parroquia de San Pedro, sobre la puerta que comunica dicha estancia con el templo. Desconocemos cual sería su lugar de origen, si fue realizada para la iglesia o para un particular, aunque nos inclinamos por esta última opción, y que posiblemente fuese a parar a la Parroquia posteriormente.

Esta pintura, de caracter popular, representa a la Virgen sobre fondo oscuro, enmarcado por un arco de medio punto sobre pilastras, y sobre una peana de líneas rectas. Muy posiblemte, por similitudes con fotografías conservadas, represente la peana que la Virge tenía en el camarín, y que era situada también sobre las andas procesionales durante la centuria decimonónica.

Podemos situar la ejecución de esta pintura en los años posteriores a 185o, en que se realizó nuevo paso, la peana anteriormenete mencionada y un sillón, y aparece la Virgen aparentemente sin revestir, costumbre que se hizo común desde mediados de esta centuria. Los colores en los que se muestran representados los ropajes, blanco para la túnica y azule-celeste para el manto, con las veltas de color rosa, nos hacen pensar en que muy posiblemente dichos colores fueran los originales con los que fue concebida la imagen, a diferencia de nuestra actual titular que se muestra con manto de color verde. Toma fuerza esta hipótesis por la coincidencia también de estos colores en las fotografías coloreadas de la Virgen de las décadas de los 20 y 30 del s.XX. El Niño también se representa sin traje sobre su ropa tallada,mostrándose ésta de color marrón. La talla actual del Niño si está estofada en este tono. Éste aparece según su concepción original, es decir, bendiciendo a la griega y son el Mundo sobre su mano izquierda, posición que sería cambiada despues al situar el mundo sobre la mano derecha.

Como notas curiosas, merecen ser destacados algunos aspectos sobre el ornato de la imagen. Cubre la cabeza de la Virgen una toca o mantilla de encaje blanco, y posiblente por aquellas fechas la imagen todavía no luciera una peluca de pelo natural superpuesta a su cabellera tallada, costumbre de la que se tiene cosntancia tanto en la imagen de la Virgen como en la del Niño a partir de la década del los 5o del s.XIX. Igualmente merece ser destacado el detalle de que lleva la Virgen al filo de los puños de la túnica unos puños postizos de encaje, costumbre común en las imágenes de talla completa en aquellas fechas. Respecto a las preseas de ambas imágenes, el Niño aparentemente lleva sobre su cabeza un resplandor de plata, recogido en los documentos de la época como una "media luna de plata", y que sería sustituida por unas potencias de plata en 1845. La Virgen porta sobre sus sienes una interesante corona dorada,con pedrería de color rojo y verde en el aro del canasto. De perfiles típicamente diecichesco, responde al estilo cultivado a finales del siglo XVIII y del que ponemos como ejemplo las coronas de las Vígenes gaditanas del Carmen o los Dolores de la V.O.T Servita. Existe también una fotografía de la antigua imagen de la Virgen del Rosario en su capilla de la Parroquia con una corona de similares características. El cetro parece responder a las mismas características que la corona, y se aleja de las líneas del estrenado en 1846 en plata a juego con la corona, y del que el actual es fiel réplica.

Finalmente, hacer referencia al sillón sobre el que aparece sentada la Virgen. Por su morfología parece ser el mismo que aparece en las fotografías de los años 20 y 30 del s.XIX, pero con la salvedad de estar terminado en madera oscura con los perfiles dorados, a diferencia de dichas fotografías en que aparecen pintadas de blanco aquellas zonas que en el cuadro aparecen de color oscuro, supuestamente madera. Pero ese cambio se debiera posiblemente a una modificación por cambios en los gustos de la época. Posiblemente sea este el sillón que fue realizado en 1850 por José Antonio Moreno en Zalamea la Real.

Es esta una muestra del lugar principal que ocupaba la Virgen en aquellas fechas dentro del panorama devocional de la Villa, impulsada por D. Celestino Maestre y por el sentimiento popular hacia la Santísima Virgen como protectora de la Villa.


Alineación a la izquierda

La antigua imagen de la Virgen (IV)

Esta fotografía de la Virgen responde, como la mayoría de las conservadas al espacio de tiempo de entre 1934 en que fue restaurada y 1936 en que tristemente desapareció pasto de las llamas.

Aunque las fotografía no posee la calidad de otras ya expuestas, son varios sus aspectos interesantes. El primero de ellos es la situción, uno de los arcos que comunican el coro con las naves laterales. Por aquella fecha, y hasta la reciente restauración de la ermita, los pilares y la capilla mayor contaban con un alicatado de azulejos en tonos azules y estilo neogótico, que fueron colocados en las obras de reparación de la ermita en 1928.

Respecto a la propia imagen, es destacable el hecho de que aparece ya la Virgen con el rosario de oro en su corona. Este rosario fue donado a la Santísima Virgen por la que fuera Presidenta Honoraria de la Asociación y Corte de Honor Dña. Pilar Zarandieta. Este rosario había pertenecido a su familia, y por sus líneas puede datarse en el s.XVIII. En la cruz aparece grabado en nombre del donante. En líneas generlas la Virgen porta los mismos atributos y aderezos que en las demás fotografías: traje de tela con bordados menudos el niños, la toca de tul la Virgen, cetro, corona, y gargantilla y pendientes. En la mano del cetro también la ya mencionada rosa. Actualmente, junto con la toca y las joyas, se conserva y lo luce la Virgen en las procesiones y cultos solemnes.

lunes, 2 de febrero de 2009

La antigua imagen de la Virgen (III)

Esta fotografía muestra la curiosidad del lugar de su realizacíon. La Virgen aparece situada en el porche de la ermita, delante de la ventana que daba acceso a la casa de la ermitaña, rodeada de macetas. La Virgen se muestra de frente y desde cierta distancia, pues puede observarse la pena blanca que tenía en el camarín. Como en la mayoría de las fotografías conservadas de la antigua imagen, se muestra con la mantilla de tul bordado y el conjunto de gargantilla y pendientes antiguos. Igualmente aparece en su mano la típica rosa. Muy posiblemente, aunque no se aprecie con exactitud, la Santísima Virgen llevara sobre su cabeza y bajo la mantilla, la peluca de tirabuzones que se le siguió colocando despues de que dejara de vestirse e incluso después de que fuera restaurada en 1934.


Adjuntamos también otra modelo coloreado de esta misma fotografía, que se conserva en el archivo de la Hermandad y que fue utilizada hace no mucho como portada del díptico de los cultos y de la estampa que se difundió con los Gozos o Letrillas de la Virgen.

domingo, 1 de febrero de 2009

La antigua imagen de la Virgen (II)


Esta fotografía muestra a la antigua imagen desde otras perspectiva, también de cuerpo entero pero desde su lado izquierdo. Quizás sea la más difundida de las que se le realizaron a la virgen , pues sirvió para los "retratos" de la Virgen que se vendían por el pueblo, así como para la gran mayoría de cuadros de cabecera que aún se conservan repartidos por muchas casas. Se usó también esta fotografía para la mayoría de dípcticos y convocatorias de cultos desde los años 20 a los 50, pues aún se seguía reproduciendo la antigua imagen aún cuando ya se había realizado nuestra actual Amantísima Titular.

Como curiosidad, muestra a la Virgen sobre una cortina de damasco presumiblemente rojo, y sobre la peana del blanca del antiguo paso de salida. Estaba la Virgen situada muy posiblemente para la fotografía bajo en coro. Porta la imagen sus atributos característicos, que serán constantes ya en fotografías posteriores, la corona , el cetro, la mantilla de tul bodado, las potencias el Niño, y una gran rosa en la mano junto al cetro la Virgen. Ésta última no se aprecia con nitidez, por lo que no podemos concretar si era de orfebrería, tela o algún material cerámico. Aunque se tiene constancia de que la Virgen poseía dos juegos más de coronas, en los testimonios gráficos conservados solo aparecen las mencionadas del s. XIX, entendemos que por que serían las reservadas para las solemnidades. A diferencia también de la fotografía anterior, el Niño vuelve a aparecer sobrevestido como había ocurrido, igual que la Virgen, desde el siglo XIX hasta los años 20-30 del s.XX. Se ven los dieciochescos pendientes de oro que hacen juego con la gargantilla, y que aún se conservan. Se aprecia también con claridad como debajo de la mantilla asoma el pelo en forma de tirabuzones. Esta costumbre, heredera de la tradición de sobrevestir a la Virgen, se conservó cuando dejó de hacerse, e incluso después de que la Virgen fuera restaurada en Sevilla en 1934. Esta restauración tuvo lugar en Sevilla en 1934, por D. Francisco Ruiz Rodriguez, y se centró basicamente en resanar desperfectos de la policromía del ropaje las manos de ambas imágenes.

Adjuntamos también otra versión coloreada de esta misma instantánea, que no deja de ser interesante, aunque se presume que no muestra los colores reales de la imagen, pues se intuye que serían los mismos que actualemente, es decir, blanco y verde. El motivo quizás sea que en el estudio diesen los colores que pensaran eran los de la imagen, o por qué no, que quizás la imagen primitivamente estuviese estofada en celeste su manto y no en verde como lo conocemos.